Proverbio persa: Con unas palabras dulces y amabilidad, puedes arrastrar un elefante por un pelo.
Este proverbio puede enseñarnos mucho. Creo que es una frase de la cuál se puede sacar mucho jugo, mucho amor, mucho respeto, mucho cariño y mucha bondad. Todos sabemos que cuando somos educados, tratamos con amabilidad y cortesía a la gente que nos rodea, por lo general éstas adoptan una postura condescendiente muy saludable, que nos ayuda a crecer, a sentirnos a gusto y en paz con las personas que nos acompañan.
Cuantas veces un sencillo cumplido, un piropo desinteresado, una palabra sencilla crea un ambiente ameno y abierto sin apenas despeinarnos. Sería bueno, y hablo primero por mí, que tratasemos de adoptar esta actitud de relajación, de naturalidad que nos ayudará a crear a nuestro alrdedor una conexión con los demás más comunicativa, abierta y libre en el cada uno podrá mostrarse tal y cómo es.
Sería bueno que probaramos cada día tomar esta actitud, y es bastante probable que observemos que personas con las que siempre nos encontramos ariscos y enfrentados, podremos gozar de una relación más distendida y pacífica en la cual se podrán compartir sonrisas, cariño, amabilidad y todo tipo de adjetivos que nos hacen sentirnos bien por dentro, nos ensanchan el corazón y nos proporcionan una mayor libertad interior y hacia los demás.
En fin, esto es lo que yo sugiero, si a alguien le parece que se le puede sacar más jugo, ha echado en falta algo o no está de acuerdo con algo que haya escrito que lo escriba. Podría a ponerme a pensar más cosas, pero por hoy es suficiente.
Un abrazo muy fuerte,
Javi.
domingo, 22 de abril de 2007
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2 comentarios:
Estoy de acuerdo con lo que expones.
Hace unos meses que llevo en mi mente la frase de "Ser amable es ser invencible".
Un abrazo.
Un día me dijeron que debía tener muchos amigos. La observación no venía a cuento y desconocía la persona que me lo dirigía. Me quedé sorprendida y supongo que se debió notar en mi cara, pues esa mujer, como para justificar el comentario, añadió “ya que una sonrisa abre corazones”. No es ningún proverbio, pero viene a resumir más o menos lo mismo. De hecho, es uno de los cumplidos más bonitos que he oído y uno de los que más me han alegrado, seguramente por su carácter sincero y desinteresado.
Me dio mucho que pensar. El efecto que había producido en mí me dejó una sensación de felicidad durante todo el día. Pero lo que más admiré de esa mujer fue ese “valor” (por llamarlo de alguna manera), lo que le movió a decirme eso. Intenté ponerme en su lugar, identificarme con esa persona, y llegué a la conclusión de que simplemente quería repartir bondad. Porque en la vida todo es cíclico: “cosechamos lo que sembramos”. Y quien tiene la paciencia para cultivar lo que va sembrando en otros, sólo puede recolectar frutos que a su vez le beneficiarán. (Hago un pequeño inciso, es que eso me ha recordado a algo. No sé si has visto la película "Cadena de favores", es una de mis favoritas. En fin, que si no las has visto seguro que te encantará).
Muchas veces tratamos de comunicarnos con nuestro entorno sin lograr lo pretendido. Pero porque olvidamos a menudo que la comunicación se basa principalmente en lo “no dicho”. Le damos tanta importancia al contenido que se nos olvida valorar la actitud que lo acompaña. ¿No dicen que la mirada es el espejo del alma? Sin darnos cuenta, interpretamos una multitud de señales que se manifiestan a través de todos los sentidos. Creo que es necesario desarrollar esa sensibilidad que a menudo nos falla, esa empatía que tanto nos cuesta. Todo parte de uno y eso lo tenemos claro. Así que depende de nosotros el crear un ambiente positivo, donde reine el optimismo y la armonía con los demás. Y como bien dices, no requiere mucho esfuerzo: una sonrisa abre corazones ;-).
Un abrazo fuerte.
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