viernes, 5 de octubre de 2007

ARTÍCULO ABORTO

Quien tradujera del francés "la noche en blanco" en vez de "la noche en vela", que hubiera sido lo propio, sin pretenderlo posiblemente, tocó la flauta y nos dio una nueva expresión para decir cosas de nuestra sociedad, cosas de nuestra España. Cuando, en español, usamos la expresión "en blanco" hacemos con ella referencia al vacío, como cuando a uno se le queda así la mente en un examen. Tal vez el origen de esto esté en el folio en blanco.



Pero la expresión, al mismo tiempo, nos habla de que eso que queda o está en blanco debería de tener un contenido. El folio, un dibujo, un escrito...; la mente, los conocimientos a disposición para responder a lo que se pregunta...




La noche en blanco de Gallardón –ese gran botellón de organización municipal–, llena de gentes, de colas interminables, atascos de coches, actividades de mayor o menor tono cultural, estuvo saturada de montones de cosas. Y, sin embargo, fue una noche en blanco. Donde hay masificación, obsequiosa disposición a ella, hay falta de personalidad y, por tanto, también de cultura, de cultivo de la realidad y de uno mismo: barbecho de humanidad.




Con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción –eso de la concepción debe de ser algo muy dañino cuando necesita del "anti"– hemos podido conocer una vez más unas cifras no, por conocidas o sospechadas, menos escalofriantes; aunque lo más aterrador no sean tal vez los datos, sino la aceptación social de los mismos y el ver que se funciona como si no pasara nada, que muchas personas ni se estremecen ni reaccionan.




Margarita Delgado, del Centro de Investigaciones Sociológicas del CSIC, con motivo de esta jornada, informó que en el año 2005, último del que se dispone de datos, hubo un total de 9.644 embarazos de chicas menores de 18 años. El 99% de ellos no fueron pretendidos y el 57,07% fueron interrumpidos –expresión eufemística habitual que quiere decir que se mató a esos niños antes de que nacieran–. Respecto al año anterior, entre menores, el número de embarazos se incrementó un 8% y los abortos, al situarse en 5.504, crecieron un 10%, es decir que, entre menores, la proporción de abortos también aumenta respecto al de embarazos.




En chicas de menos de 20 años, el número de embarazos, ese mismo año 2005, fue de 25.965, lo que supone un 30% más respecto al año 1997. Precisamente desde ese momento fueron aumentando los embarazos a estas edades; lo que nos viene a decir que se trata de las chicas –y chicos– que desde los años ochenta han sufrido un intenso y constante tratamiento de ingeniería social. El 49,62% de esos embarazos terminaron en aborto. Estas cifras superan con creces a las de la ETA. Añadamos que, según algunos cálculos, el número total de abortos sin distinción de edad, desde la despenalización del mismo en España, frisa los dos millones; cifras que empiezan a codearse con las hitlerianas o las del gulag.




Ezequiel Pérez Campos, presidente de la Sociedad Española de Contracepción, refiriéndose a los embarazos de menores, dijo que no es simplemente un problema técnico sobre el uso de los anticonceptivos, "la gran asignatura pendiente entre los jóvenes españoles es la educación en actitudes y afectiva". ¿Pero cuáles? Ya es elocuente que el lema de esta jornada fuera "Protege tu estilo de vida". ¿Pero qué estilo de vida puede ser aquel que se tiene que proteger de la vida? Porque cuando se trata de embarazo y de relaciones sexuales, entre otras cosas, se trata de vida.




La sexualidad, como cualquier acto humano, puede ser mutilada e ir siendo reducida a uno sólo de sus aspectos. La sexualidad, conforme la hemos ido escindiendo en nuestra cultura de su faz reproductiva, la hemos ido separando también de lo afectivo y familiar y, con ello, en las relaciones sexuales se ha incrementado la cosificación de las personas. Si las relaciones sexuales no son lo que son en totalidad, el tobogán a la instrumentalización del otro, la de uno mismo o lo que viniere está al alcance de la mano.




Quien tradujera del francés "la noche en blanco", sin pretenderlo posiblemente, tocó la flauta y nos dio palabras para decir que andamos sin luz por el día, caminando como de noche en un gran vacío moral. ¿Está España en una noche en blanco?







Llevaba tiempo queriendo recopilar datos sobre el número de abortos que podrían estar dándose en estos tiempos, y precisamente el otro día encontré en un periódico este artículo.



¿Es tan dramático o es sólo exageración? ¿Se puede hacer algo ante esto o tan sólo quejarme y después quedarme de brazos cruzados?



Estamos viviendo en la sociedad actual lo que se podría llamar una "crisis de valores" éticos, morales, etc. Hoy día todo vale, todo empieza a parecer normal e incluso positivo. Me preocupa, me preocupa mucho, y me frustra porque lo veo tan claro que estamos errando... ¿Soy yo tan listo o la mayoría de la gente tan tonta como para no darse cuenta? Trato de ser racional, de argumentar las cosas, de buscar respuestas. Se me suele tachar de conservador, tradicional e incluso de intolerante, la mayoría de las personas dicen no estar de acuerdo conmigo, pero me parecen palabras tan vacías...



Lo que más me repatea es que luego mucha de esa gente suele pensar bastante parecido a mí, y qué sorpresa la mía cuando veo tanta incoherencia.



Hoy día el sexo se toma a la ligera, de alguna forma se ha relativizado y se le ha vaciado de contenido. El sexo es un conjunto de cosas, no es sólo placer, o sólo procrear, o sólo sentir... Cuando queremos aislar una cosa de el resto, es cuando creo que empiezan los problemas.



Nos horroriza ver tantas veces en los telediarios cómo madres abandonan a sus hijos recién nacidos, les maltratan o cosas de esas raras que tanto me enfurecen. ¿¿Cómo se puede ser tan cruel con semejantes criaturicas?? Tengo cinco sobrinos, y jamás se me ocurriría ofender de ninguna de las formas a esas personitas tan ricas y agradables... Sin embargo, está socialmente aceptado (¿?) que una persona pueda decidir sobre la vida de una personita más indefensa aún, que depende exclusivamente de su madre (al igual que un recién nacido), y eso es lo que hace tan bonito un embarazo para una mujer.



Empiezo a pensar que la vida es esto, y me frustra de verdad: "El pez grande siempre se come al chico". Es injusto, es terrorífico, pero es así.

1 comentario:

Javier Arturo dijo...

""En nuestra época, la infracción de la ley natural es con frecuencia percibida como una conquista del progreso. Para C. S. Lewis, lo que denominamos `conquista´ no es sino imposición del poder de unos hombres sobre otros. Ilustra su aserto con el ejemplo de los anticonceptivos, una consecución del progreso que la mayoría de los hombres considera un logro. Pero, para Lewis, lo que los anticonceptivos permiten a una generación humana es convertirse en dueña de las generaciones venideras. A través de la contracepción, se niega o restringe la existencia de las generaciones venideras, se las obliga a ser –sin que se les pida opinión– lo que la generación actual decide tiránicamente. Así, concluye Lewis, «lo que llamamos poder del hombre sobre la Naturaleza se revela como poder de algunos hombres sobre otros con la Naturaleza como instrumento"".

Es algo que escribió sobre C.S. Lewwis y su "abolición del hombre" un periodista -Juan Manuel de Prada- en la revista XL semanal de El País.