lunes, 8 de octubre de 2007

Cuchillo de doble filo

Y el cuchillo de doble filo cortante, uno para la belleza, otro para la fealdad, la llaga y el ornamento, el olor de los azahares junto al olor de los cadáveres, el gusano en la rama florida, pero los dos filos en armonía en el todo que es el cuchillo mismo, un instrumento único que sirve para desollar la carne y sacar las vísceras, y a la vez para desmontar la piedra preciosa, separar la perla de la ostra, cortar la rosa del tallo. La belleza siempre está contaminada, nada ocurre por separado.
Creo que voy aprendiendo que ser cauto y tener la calma suficiente para saber qué cosas se pueden decir, hacer, escribir (en este blog por ejemplo) o en situaciones cotidianas con las personas del día a día son importantísimas.
Creo que la gente es buena, que la gente tiene buenas intenciones, pero llevo toda mi vida muy acostumbrado a ser transparente, dejando ver demasiado lados de mi personalidad que quizás convendría regalar a un grupo más selecto de gente.
Por querer ser yo mismo, por reivindicar mi personalidad, he perdido de vista la peligrosa situación en la que me deja esta transparencia de lo que soy: soy vulnerable ante cualquier persona.
Cuando alguien abre su corazón, sus pensamientos, sus ideas (hablo de las íntimas, de las que crean controversia, etc), suele aceptar esa parte de vulnerabilidad.
Por una situación que he pasado hace poco y que me ha hecho pensar, y la advertencia de un ser querido, trataré de ser más decoroso con mi vida personal tanto en este blog como en la cotidianidad.
He encontrado una forma de expresar en este blog las cosas que pienso, que me angustian, o que quiero liberar. Algunas de las cosas son autobiográficas, otras no. Trataré de darle un toque de cuento, de historia con moraleja.
Gracias a todos los que me leen. Lo que espero es que firme más gente poco a poco, sin miedo a que puedan leer vuestros comentarios demás personas. ¡¡Toda idea, opinión o sabiduría es válida en este blog!!
Besos

1 comentario:

Nahum dijo...

Bueno, supongo, Arturo, que el equilibrio es la clave. A veces, la elipsis también tiene muchas virtudes benéficas.

Y curativas.